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Iglesia de San Juan Bautista

La iglesia de San Juan Bautista en el Casco del municipio, es un edificio singular, de larga historia que arranca en la primera mitad del siglo XVI.

En el siglo XVI se edifica la ermita de San Juan por decisión de Martín Rodríguez, el poblador portugués que se instala en San Juan de la Rambla. Poco a poco, esta humilde ermita fue transformándose en iglesia, gracias a la generosidad de sus feligreses y celo de sus capellanes. En 1542 obtuvieron la aceptación del Obispo para recibir el sacramento en la ermita, este fue el primer acto para su reconocimiento como parroquia.

La ermita siguió creciendo al mismo ritmo que el vecindario, y el ansia de independencia de los vecinos produce la primera ampliación de la ermita. A partir de entonces se comienza a llamar iglesia. En 1558, la Iglesia de San Juan del Malpaís, con dependencia formal de la parroquia del Realejo, ya funcionaba como una verdadera parroquia.

En el siglo XVII tiene lugar la construcción de la segunda nave, conocida como la nave Candelaria, pues albergaba un altar con la imagen de la Candelaria. Casi todas estas mejoras desaparecieron con el temporal de 1722, el cual causó gravísimos daños en San Juan de la Rambla, entre ellos a la iglesia, dado que el viento se llevó el tejado y el agua socavó los cimientos. La reconstrucción duró cuatro años y se pudo ejecutar gracias al esfuerzo y generosidad de los feligreses.

En siglo XIX la Iglesia se va enriqueciendo con los añadidos de diversas capillas y casi se va completando la estructura actual. La Iglesia ha quedado configurada con planta de dos naves, en su fachada destacan los dos arcos de cantería y la torre, también de cantería.

 

 

Basilio Oramas Hernández (1813-1889)

Basilio Oramas fue un sacerdote que desarrolló un papel activo en la vida social, además de ser benefactor de la parroquia contribuyendo en gran medida y generosidad. En 1828 comienza los estudios de humanidades en la Universidad de La Laguna. Tras el cierre de la universidad continúa sus estudios en el Seminario. En 1837 inicia los estudios de Derecho y en 1839 es ordenado sacerdote, siendo párroco de San Juan de la Rambla al año siguiente, pero abandona el cargo para volver a retomar sus estudios.

Ya siendo licenciado, en 1846 vuelve a convertirse en párroco. En esta etapa llevó a cabo diferentes reformas en los bienes de la Iglesia, entre los que se encuentra la creación del Calvario adosado al cementerio, levanta un cuarto mortuorio y un bautisterio, así como el camarín del Señor Nazareno con puerta y escalera al exterior. También constan otras donaciones a la parroquia y a otras ermitas. En reconocimiento a sus méritos, sobre todo tras la construcción del cementerio, se le otorga en 1856 el nombramiento de caballero de la Real Cruz de Carlos III. Su labor sigue presente en la memoria colectiva de los rambleros gracias a sus aportaciones al patrimonio del municipio.