Esta vivienda fue edificada por José Domínguez en el siglo XIX, el cual no llegó a terminarla porque se trasladó a vivir al Puerto de la Cruz.

La vivienda fue heredada por sus descendientes, quienes tampoco la habitaron, sino que la alquilaron. El primer inquilino de la familia fue José Pérez Hernández, bisnieto del primero.

Esta casa debe su nombre al material que la reviste, la roca ignimbrítica, una piedra formada por el depósito de nubes ardientes. Las ignimbríticas soldadas tienen una textura característi­ca en la que destacan franjas alargadas en el sentido de la co­rriente. De la Cantera de San Juan, constituida por este tipo de piedra, se obtuvo la materia prima para construir la casa. De fachada neoclásica, destacan sus peculiares esquinas redondeadas y las gárgolas que lucen en su azotea.